Para los que estén interesados en ver una buena serie de televisión que describe la resurgencia del oscurantismo y del “talibanismo” religioso, puedo recomendar la que pasan en HBO y que se llama 'El Cuento de la Criada' aunque si prefieren ver la misma dinámica, pero en un ejemplo real, puedo recomendarles un ejemplo que no pasa en países en los que ya estamos acostumbrados, como Irán o Arabia Saudí, si no que pasa en nuestra Unión Europea, dentro de nuestro espacio Schengen, en un país llamado Hungría.

El pasado martes, ese país decidió hacer un viaje al medievo. Puso el DeLorean del Dr. Emmett Brown en marcha, alimentándolo, no sé si con biblias o con qué, pero logró llegar a donde el equipo del Sr. Oscuro, para los amigos, Viktor Orban del partido ultraconservador Fidesz, quería llevar a su ciudadanía.

Ese día se adoptó una ley que permite modificar la definición de la familia en la Constitución del país y, así, reducir aun más el derecho de las parejas del mismo sexo a adoptar, dándole al partido al poder, y socio del Partido Popular español, una nueva victoria y generando una implacable derrota a los grupos de defensa de los derechos LGTBI.

Según los términos de la nueva Constitución, “la familia húngara está basada en el matrimonio y la relación padres-hijos donde la madre es una mujer y el padre un hombre”. También impone a los padres educar a sus hijos en un espíritu conservador.

El texto también indica que “Hungría defiende el derecho de los hijos a identificarse con su sexo de nacimiento y velará por que su educación se base en la identidad constitucional de nuestra nación y los valores fundados en nuestra identidad cristiana”.

Estos dos párrafos podrían haberse visto incluidos en la Constitución de Weimar, tal como fue emendada por el Acta de habilitación 1933, o en una versión húngara de las mil novecientas leyes que se votaron, en su día, para la Protección de la Sangre Alemana y del Honor Alemán.

Las autoridades húngaras nunca autorizaron el matrimonio homosexual, mientras que siguen reconociendo la unión civil. Hasta ahora las adopciones por parejas gay o lesbianas eran posibles siempre que uno de los miembros de la pareja hiciese la petición como soltero. La Ministra de Justicia húngara Judit Varga, ha confirmado que “la regla principal prevé que solo las parejas casadas pueden adoptar un hijo, es decir, un hombre y una mujer que estén casados” y que las personas solteras deberán hacer que su expediente sea aprobado por la ministra ultraconservadora Katalin Novak.

Finalmente, esta modificación deja en la cuneta a todos aquellos ciudadanos húngaros que no son de cultura u origen cristiano o que son agnósticos. Hungría se constituye como una nación fundada en su identidad cristiana y los que no se identifiquen con ella se encontrarán de facto al margen de la ley si quieren que la educación de sus hijos se lleve a cabo al margen del cristianismo. ¡La Santa Inquisición habría estado orgullosa!. Poco falta para obligar a las conversiones o a fomentar las expulsiones del país por causa de libertad religiosa.

Es un día oscuro para los derechos humanos, la igualdad, la libertad religiosa, la libertad de opinión y de consciencia y las libertades públicas.

Cuanto más pasa el tiempo, más convencido estoy de que la Unión Europea tenía que haber hecho un cribado más profundo antes de proceder a ampliaciones en su seno. Cuanto más pasa el tiempo, más convencido estoy de que algunos estados no tienen cabida en la Unión Europea por ser totalmente incompatibles con sus principios fundamentales. Cuanto más pasa el tiempo, más estoy convencido de que, a menos de que las cosas cambien mucho, un Honxit o un Polxit podrían ser algo muy positivo para los derechos humanos y la igualdad en nuestro continente.