Qué debo hacer para conseguir la vida eterna? Pregunta a Jesús, un joven rico. “Ya conoces los mandamientos”. Maestro, los he guardado desde mi adolescencia.

Jesús entonces fijando en él su mirada, se prendó de él y le dijo: “ una cosa te falta: anda, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres, luego ven y sígueme”.

El joven se marchó triste, pues tenía muchos bienes. El Señor se alegró porque este joven iba por el camino de la salvación cumpliendo los Mandamientos. “ Si quieres entrar en la Vida guarda los Mandamientos”. El mensaje de amor que trae Cristo, es siempre importante. En el mundo de hoy, a pesar de su belleza y grandeza y a pesar de las conquistas de la ciencia y de la tecnología, a pesar de todo eso, el mundo está ávido de más verdad, de más amor, de más alegría. Todo esto se encuentra en Cristo y en su seguimiento.

El joven del Evangelio, apegado a tantos bienes de este mundo, no puede hacernos creer que la posesión de tantos bienes puede hacernos total y verdaderamente felices. Nada de este mundo puede llenar nuestro corazón sediento de felicidad. Y todo esto se encuentra en Cristo y en su modelo de vida. Muchos tratan de huir de las propias responsabilidades, se refugian en su egoísmo, ante la opción por Cristo o por las cosas mundanas. Muchos buscan la felicidad por caminos distintos. El único camino lo hallamos en Jesucristo.

Todos queremos ser felices pero la verdadera felicidad no consiste en los placeres sexuales, en la droga, en la violencia, en el indeferentismo…

Hay quienes buscan equivocadamente a Dios porque desean la felicidad donde no se la encuentra. Dios es el único que puede y quiere, con su ayuda, hacernos verdaderamente felices. Al encontrar una vida feliz, que es amor, alegría y paz, encontramos a Dios.

Alabado sea Jesucristo.