San Lucas presenta con solemnidad la figura de Juan Bautista. Cuando Cristo elogia al Bautista, destaca con claridad su voluntad recia y su empeño en cumplir la misión que Dios le había confiado.

Las notas características de la persona de Juan fue la humildad, la austeridad, la valentía y el espíritu de oración. El Bautista mereció ser el Precursor del Mesías; de Él dijo el Señor: Juan Bautista mereció que Jesús dijera de él: es el más grande entre los nacidos de mujer. En la antorcha que ardía- por su amor brillaba por su testimonio. Cristo era la luz, el cual dio testimonio para que todos creyeran en Cristo.

Juan el Bautista se presenta predicando la necesidad de la conversión. Prepara el camino del Señor. Por eso viene a decir con gran humildad y rectitud que él no es digno de desatar la correa de las sandalias. El Bautista con sus sinceras palabras que el Hijo de Dios contempla con gozo que sus propios discípulos vayan a Cristo. Señala a Cristo que es El «Cordero de Dios», es necesario que El crezca y yo mengüe. Herodes Antipa el año 31, fue el que degolló al Precursor del Señor. De San Juan Bautista celebramos dos fiestas: su nacimiento y su martirio.

Este domingo, segundo de Adviento, celebramos la Ordenación Episcopal de un miembro del Clero Diocesano, D. Vicente Ribas Prats. Pidamos fervorosamente que sea el buen Pastor que necesita nuestra Diócesis.

Pedimos el Pastor que nuestra Diócesis necesita. El Pastor Bueno que la Iglesia y el mundo necesitan.

No le faltará nuestra plegaria y nuestras súplicas especialmente en todas las misas