Eberhard Grosske

La entrada de Vox en el gobierno de Castilla y León con los auspicios del Partido Popular está siendo criticada, no sin razón, por parte de las fuerzas progresistas que, al mismo tiempo, anuncian la posibilidad de que pueda suceder lo mismo en las próximas elecciones andaluzas.

Sin embargo, quedarse en esta cuestión es muy insuficiente.

Tras la Segunda Guerra Mundial, y por razones obvias, Europa tuvo como bandera desterrar todo aquello que estuviera ligado al nazismo, la persecución de los judíos y los regímenes dictatoriales.   

Pero el tiempo pasa, los traumas del ayer se van diluyendo y vuelve a reverdecer la desgraciada idea de que no sólo puede punirse lo que hacemos cada uno de nosotros, sino lo que somos cada uno de nosotros. Y es así como inmigrantes, menas, homosexuales con demasiada pluma, y otras maneras de ser pasan a estar en el punto de mira de la derecha... y también es así como Vox proclama en el Parlamento que el Gobierno de Sánchez es peor que la dictadura franquista.

Pero el problema mayor no es cuanto antecede: es que ¡5! gobiernos de la Unión Europea ya están gobernados por la extrema derecha. Dicho de otra manera: esto está ya en todas partes y subiendo

Pequeña acotación: Hace cuatro años dejé la actividad política partidaria. Dado cuanto antecede, quizás haya llegado el momento de empujar donde pueda ser más útil.