Dinero. | Pixabay

En los últimos días muchos ciudadanos de San Antonio hemos podido comprobar que los grandes siempre ganan. Y es que para los políticos, parece ser, los intereses de unos pocos con mucho poder (entiéndase dinero), son más importantes que los intereses de unos muchos con poco poder económico. Aunque deberían recordar que estos muchos son los que tienen poder en las urnas para poder dar un giro a una situación que se torne injusta.

Mi familia, entre otras muchas que se habrán visto en situaciones similares, lo ha padecido en sus propias carnes. Dispone de una pequeña tienda de souvenirs junto a uno de los megahoteles del pueblo, más conocido por sus escándalos y por la escasa calidad de sus clientes que por su belleza. Este hotel decidió hacer una remodelación completa y, desde ese momento, para la administración lo único importante eran esos trabajos, aunque impidieran al resto de las hormiguitas de la zona poder ganarse la vida. Abrir el negocio cada mañana se convertía en una lucha por los constantes incumplimientos de la empresa constructora. Unos incumplimientos que, día tras día, eran denunciados ante el Ayuntamiento... pero nunca pasaba nada. Tan sólo el buen hacer de la Policía Local impedía que la constructora se saliera con la suya día sí y día también. Al final, después de haber perdido gran parte del inicio de la temporada, el hotel está abierto y la tienda tiene que hacer frente a los destrozos hechos por la empresa constructora sin que desde la administración se le haya puesto ni un solo pero.

Sólo cabe esperar ahora que este megahotel, que siempre ha sido uno de los máximos exponentes de la mala fama que ha tenido el municipio de San Antonio, decida devolver al pueblo la manga ancha que ha tenido con él y ponga su granito de arena para traer ese turismo de calidad que tanto pregonan los políticos.