La Televisió d’Eivissa i Formentera (TEF) es una de las pocas televisiones locales que sobrevive en toda España. La única en Balears. Un fenómeno así sólo se explica por sólidas razones de utilidad pública, implantación en el territorio, gran profesionalidad, acertada gestión empresarial y, sobre todo, una elevada valoración por parte del público televisivo de las Pitiusas. Negar que la ciudadanía ve la TEF es negar la realidad y lo que es más preocupante, supone ignorar la realidad social pitiüsa. Quien lo hace, sabe perfectamente que miente. Recurren a la mentira y a la difamación como herramientas para acabar con la televisión de los ibicencos y los formenterenses. Que ellos optaran por tratar a una tele que merece ser protegida y valorada, aunque sólo sea porque usa el catalán de Ibiza, con absoluto desprecio y consciente voluntad de acabar con ella por inanición, demuestra su perversidad. Que pretendan que eso lo hagan los demás, a través de la coacción, demuestra su mezquindad.   

Marcos Serra, alcalde de Sant Antoni, es un político convencido de que la televisión es el medio de comunicación idóneo para hacer llegar a toda Ibiza lo que sucede en su municipio. Y además, es sensible con una televisión local que la gente estima como propia y que debe ser protegida para evitar su desaparición. No consientan que a la TEF le suceda lo que a tantas otras teles locales. Dejen el papel de verdugo al PSOE, si tanto lo desea. Está claro que sólo atacan a los medios independientes.