Vivimos en una época de locos en Ibiza y que no solo afecta a las personas sino también a los animales. Como siempre, cuando se viven tiempos de crisis, los más afectados son los colectivos más vulnerables, las personas mayores, los niños y los animales, algo que al parecer importa bien poco a la mayoría de los políticos, por no decir nada. Pero no es de extrañar cuando tampoco funcionan bien las concejalías de bienestar social. No les preocupan las personas que no tienen ni para vivir decentemente, que no tienen un techo donde dormir, se van a preocupar de unos «chuchos» o de unos pobres gatos callejeros. Muchas son las personas, que aún teniendo trabajo estable, tienen que abandonar la isla ante la imposibilidad de poder pagar un alquiler por los precios desorbitados, y no de una vivienda para ellos solos no, sino de tan solo una habitación en el mejor de los casos. Un tanto por ciento elevado de estas personas que se van de la isla, dejan a sus animales en perreras, abandonados en los pisos donde han residido o en la calle.

Llevábamos tanto tiempo deseando y pidiendo que hubiese concejalías de bienestar animal en los ayuntamientos, que realmente más nos valdría que no las hubiese porque lo único que nos supone a los ciudadanos son gastos, contratos absurdos, innecesarios, sueldos inútiles pagados con dinero público, quebraderos de cabeza, rabia e impotencia de ver como malgastan un dinero que no sale de sus bolsillos sino que es de todos nosotros y que querríamos que fuese utilizado de manera responsable, por el bien de todos. Pero lo que es peor para quienes tenemos buenos sentimientos hacia los animales, es ver el daño que les hacen de manera consciente. Es increíble el dineral que sale desde estas concejalías, que no va destinado al bienestar de los animales sino a intereses personales de algunos. Por ejemplo en San José, los casi 18.000 euros que salieron de la concejalía de bienestar animal de ese ayuntamiento para pagar, atención, la caza de gatos a una asociación de cazadores del municipio, o los más de 1.000.000 euros pagados también por el mismo ayuntamiento a la empresa privada Natura Parc en Ibiza por una cuadra, una instalación para tan solo 15 perros. No tiene capacidad para acoger a los muchos animales de ese municipio que son abandonados cada año o de tener a los animales extraviados hasta que son recuperados por sus propietarios. Un verdadero despilfarro y desastre... ese dinero, más de un millón de euros, debía de haberse invertido en la compra de una finca, como venimos pidiendo desde hace años, para tener un verdadero refugio, gestionado con la colaboración de las asociaciones animalistas de la isla. Llevamos mucho tiempo pidiendo un terreno y siempre hemos obtenido la misma respuesta de los/las concejales, que no tienen dinero para comprar una finca...

Lo que no tienen es vergüenza y como el dinero no sale de sus bolsillos, les da igual tirarlo, malgastarlo. Y no contentos con esto, en San José, no tienen ningún miramiento en enviar perros a las instalaciones de Natura Parc en Mallorca sabiendo que es una empresa privada que trabaja allí para unos 50 ayuntamientos y que las instalaciones están saturadas de animales, llegando a estar en la misma jaula varios perros juntos sin importarles ni la edad ni el tamaño.

Por si fuera poco, ahora el ayuntamiento de Santa Eulalia también se suma al envío de perros a Mallorca, intentando hacernos creer, con una bonita foto en la prensa de la visita de la alcaldesa, la concejal y el técnico con alguno de los pobres perros que enviaron recientemente y de malas maneras, que los animales allí están de lujo cuando saben de sobra que la realidad es otra. Si no fuese por las protectoras de Mallorca se sacrificaban a los animales que más tiempo llevan en esas instalaciones. Estas buenas personas que sufren un tremendo estrés y mucha presión, pagan de sus propios bolsillos pensiones para darles la oportunidad de seguir viviendo y de que sean adoptados. La plataforma animalista Baldea    ha hecho llegar varios escritos a los ayuntamientos de aquí, rogando que no se envíen animales a las instalaciones de Mallorca porque allí no pueden más, llevan tiempo solicitando que amplíen las instalaciones. Viven desde hace años una terrible situación de espacio para los animales y vuelvo a decir que si no se sacrifican animales en la actualidad en Natura Parc Mallorca, es por el gran esfuerzo que hacen estas protectoras, tanto económico como poniendo tiempo y energía en trámites para el bienestar de los animales. Los perros enviados a Mallorca por el ayuntamiento de Santa Eulalia fueron sacados en acogida y en adopción gracias a personas de gran corazón por los animales y puedo asegurar que están felices.

Algo totalmente incomprensible es el contrato firmado, para seis meses, desde la concejalía de bienestar animal de Santa Eulalia con la empresa Natura Parc, alrededor de 100.000 euros que es lo que costará el servicio, cuando no tienen espacio ni para los animales de San José… Y vergonzoso es el contrato que han firmado con una empresa de la Península, 147.000 con el IVA, que curiosamente está relacionada con el Partido Popular, para el censo del ADN de los perros del municipio cuando hasta el propio veterinario del Consell y una asociación de veterinarios a nivel estatal, les hizo saber que es algo que no sirve absolutamente para nada, que no es fiable. Ha generado disgusto entre la población por estar obligados a pagar por una prueba absurda para su perro. Suma y sigue… despilfarro de dinero público. Por favor, que hagan limpieza de una vez en los ayuntamientos y se respire aire limpio, fresco y sano. Necesitamos políticos con buena energía, con cabeza y corazón.

Ningún ayuntamiento debería permitir el sacrificio de ningún animal rescatado/abandonado por problemas de espacio, es algo injusto y terrible. El sacrificio 0 no existe en Balears aún, por desgracia. Sí que existe en otras comunidades de España y deberían de tomar ejemplos los políticos de Ibiza. Vivimos en una sociedad cada vez más sensible hacia los animales y deseamos que llegue pronto el día en que no se sacrifiquen animales en las perreras y aún mejor sería, que no tengan que existir estos lugares porque querría decir que viviríamos en una sociedad responsable y educada en valores.

Andrea Manzano Martínez

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