Érase unas elecciones | Imagen de Thor Deichmann en Pixabay

Pistoletazo de salida a una campaña electoral que precederá unas elecciones inciertas. A dos semanas de los comicios, todavía son muchos los interrogantes que quitan el sueño a los políticos. ¿Alcanzará Prohens los ansiados 25 escaños que con VOX le permitirían hacerse con el Govern Balear? ¿Conseguirá Triguero destronar a Rafa Ruiz? ¿Sumará mayoría absoluta Marcos Serra? ¿Aguantará Gelu su feudo josepí? ¿Logrará Sa Veu des Poble poner contra las cuerdas al PP? ¿Consolidará Vicent Marí la mayoría absoluta o se verá arrojado a un pacto? ¿Conseguirá Lorenzo Córdoba ganarle el pulso a la todopoderosa izquierda en Formentera?

La respuesta está en nuestras manos. Por delante tenemos intensos días de propaganda, tensión, sobreactuación y muchas orelletes para digerir lo anterior. La izquierda se juega revalidar un tercer mandato en el Consolat de Mar ante la amenaza de ser devorada por el desgaste nacional que acusa a un PSOE hastiado. Armengol dará la batalla y hará gala de su extraordinaria agudeza política para jurar el cargo una vez más, antes de ser apartada como senadora autonómica o premiada con un sueldo en la eurocámara. Prohens se mira en el tirón de Ayuso y la moderación de Juanma Moreno. No todo se juega en Palma, los de Fora Vila podrían decidir si aupar a los partidos tradicionales o entregar la llave del gobierno al regionalismo de un Pi que todavía necesita sanar sus heridas internas.

Agustinet se la juega. Si no logra salvar los muebles y a Armengol se le escurre la victoria, podría dejar la portavocía de la oposición a una combativa Elena López. Podemos juega un papel clave: si se desmorona, nada podrá hacer el PSIB de Armengol para reeditar un pacto de izquierdas en Cort o en Vila. La izquierda aprieta y la derecha aguanta la respiración.