El Govern de Marga Prohens tiene pocos amigos y muchos enemigos, dispuestos a retorcer una declaración del vicepresidente y portavoz, Antoni Costa, hasta el extremo de llegar a conclusiones absolutamente alejadas de la realidad. De decir que dijo lo que no dijo –cambiar un ‘no está sobre la mesa’ por un ‘no se descarta’–, algo que cualquiera puede comprobar por sí mismo porque la rueda de prensa está a disposición de todo el mundo en Youtube.
Los maledicentes se agarran a un clavo ardiendo para pronosticar que, en breve, el Govern de Marga Prohens se transformará en una reedición del Govern de José Ramón Bauzá; un futurible que nadie se cree, porque lo que persigue la oposición catalanista es generar un clima de indignación y rabia que les permita volver a movilizar a la población en contra el Ejecutivo. A eso van a centrar toda su acción política en el curso parlamentario que arrancará el mes que viene, amén de mencionar las palabras especulación y fondos buitre junto al nombre de la consellera de Vivienda, Territorio y Movilidad del Govern, Marta Vidal.

Los seres humanos habitualmente sólo apreciamos aquello que no tenemos, o que hemos perdido. Sólo caemos en la cuenta de lo bien que se vive estando sano, cuando uno cae enfermo. De ahí que alguna gente, con una alarmante falta de empatía hacia los enfermos, y desafiando a su suerte, porque quién sabe cuándo puede uno terminar en el hospital y necesitando todo tipo de cuidados y atenciones, ignore deliberadamente la situación que se vive en Baleares en general, y en Ibiza en particular, donde el déficit de profesionales impide garantizar de forma especialmente urgente la asistencia sanitaria.
¿Qué parte de «muy difícil cobertura» no comprenden? Intentemos explicárselo. En los últimos ocho años, las plazas en Ibiza de médicos oncólogos, anestesistas, neumólogos, radiólogos, cirujanos, cardiólogos han estado casi siempre por debajo de las previstas en el catálogo de plantillas, de forma que no se ha podido garantizar el derecho a la atención sanitaria. ¿Entienden esto? La insuficiencia de médicos pone en riesgo vidas humanas. ¿Lo pillan? Yo creo que sí lo pillan, pero les importa un carajo porque ellos están sanos.
Mientras ellos ven espejismos que califican de ataques al catalán, los pacientes de cáncer ven una mejora en sus posibilidades de curación y aplauden las medidas del Govern. Yo, por supuesto, me quedo con los enfermos; y dejo a los cantantes sociolingüistas catalanistas que compongan las canciones que les den la gana, que para eso está Spotify.

Patricia Gómez, consellera de Salud del excelente, inmejorable y siempre adorado Govern de Francina Armengol, sostenía contumaz que no había el menor problema en Ibiza y que Can Misses era un destino sumamente atractivo para cualquier profesional sanitario. Trataba de desmentir la realidad de los hechos y, además, las advertencias de los sindicatos, que durante años han alertado de la situación. «Jamás la plantilla médica ha cubierto al completo el organigrama del hospital», afirmaba el Dr. Carlos Rodríguez, portavoz del Sindicato Médico Simebal. El Govern Prohens persigue darle la vuelta a la situación y para ello, lo primero es no negar el problema, como hacía su antecesora; ni ignorar las advertencias de los profesionales, ni mostrarse indiferente a las protestas de pacientes y familiares. Por eso, en su primer viaje a Ibiza tras tomar posesión del cargo, fue reunirse con los pacientes oncológicos de Ibiza, hartos de manifestarse a la puerta de Can Misses, sin que nadie les escuchara; y lo que es peor, sin que nadie hiciese nada por ellos. Por más que pretendan caricaturizar grotescamente la situación con augurios catastrofistas, lo que se percibe es que, por fin, alguien se arremanga y se pone a trabajar para resolver el caos en la sanidad pública Pitiusa, por la falta de profesionales que no vienen porque aquí, todo son trabas. Y eso, se tiene que acabar. Ha llegado el momento de derribar obstáculos y de pagar más para que realmente quieran venir profesionales y le salga a cuenta.
Los que quieran ir al médico y hablar sólo en catalán, como es su derecho, si tienen la mala suerte de que no les entiende, que pidan un traductor. Le pediremos a Armengol que compre pinganillos de más en el Congreso y los traiga a Balears. Los instalaremos en los hospitales y problema solucionado.