Pedro Sánchez. | Europa Press

La amnistía no está reconocida en nuestro ordenamiento jurídico», «la amnistía no es planteable en un Estado constitucional democrático porque sería suprimir literalmente uno de los tres poderes del Estado», «la amnistía es algo que este gobierno no va a aceptar y no entra en la legislación ni en la Constitución», «no va haber amnistía ni referéndum», «la amnistía no es constitucional, lo repito para que quede claro», «la amnistía no cabe en la Constitución», «me comprometo a traer a Puigdemont de vuelta a España y que rinda cuentas ante la justicia», «para nosotros ni la amnistía ni el referéndum es posible», «nosotros siempre hemos sido claros: no habrá ni independencia, ni referéndum, ni amnistía», «con Bildu no vamos a pactar, si quiere se lo digo veinte veces», «¿Os imagináis esta crisis en Cataluña con la mitad del gobierno con PODEMOS dentro diciendo que hay presos políticos?», «lo digo para que conste en acta: no voy a permitir que la gobernabilidad de España descanse en partidos independentistas», «el debate del indulto no está encima de la mesa», «quiero garantizar a la ciudadanía española que la sentencia del procés se va a cumplir», «hay que acabar con los indultos políticos», «le digo a los líderes independentistas que nunca significa nunca», «yo cuando digo las cosas las cumplo!».

Estas frases son del presidente del gobierno y algunos ministros. Todos los estratos de la justicia se han levantado para alarmar de la deriva antidemocrática que pretenden imponer los socialistas por 7 votos. Los únicos que aplauden la ilegalidad e inmoralidad de este acuerdo son las bocas agradecidas que le deben su cargo, pero la historia se acordará oportunamente de estos cobardes que se arrodillaron ante un prófugo para amarrar la poltrona.