Me parece que algunos políticos no han entendido nada sobre lo que ha pasado con es Vedrà. No es cuestión de bulos en internet, ni de comentarios en las web, es un tema de sensibilidad social, de entender que hay gente que merece todo nuestro respeto por no consentir hechos como los vividos en es Vedrà. Hubiese estado bien que Miguel Vericad hubiera dado la cara en el pleno del viernes en lugar de permanecer en un segundo plano y enviar a Aitor Morrás como ‘avanzadilla’ para hablar con los animalistas. No es un tema de redes sociales. Que Vericad vaya a cualquier bar y que escuche a la gente. Que lo de las redes sociales, los bulos, es como un clavo ardiendo al que se ha agarrado Vericad para justificar sus meteduras de pata, véanse comentarios en Facebook justificando la matanza, posterior veto a periodistas no afines para explicar su postura y fotografía con es Vedrà de fondo. Y luego, claro, calladito y afectadísimo en el pleno, allí donde supuestamente se hace política. Y luego está Agustinet, que el miércoles por la noche critica la matanza en televisión y el jueves, 24 horas después, no quiere posicionarse en una votación contra la gestión del exterminio porque era un tema autonómico. Por eso imagino que Agustinet, a quien sí llamó este periódico para conocer su opinión pero no respondió a la llamada, pidió a la conselleria de Medi Ambient participar en la gestión del exterminio. Si era competencia autonómica, ¿a qué se debe tanta preocupación para participar en el desalojo de las cabras? Han sido tres semanas de grandes errores políticos, pero uno empieza a creer un poco en nuestros representantes cuando escucha al presidente del Consell, Vicent Torres, decir en el pleno, allí donde los políticos tienen que hablar, que hay que pedir disculpas a los ciudadanos porque, como se ha dicho, la matanza ha herido muchas sensibilidades. Si al final lo que hay que hacer es actuar con sensibilidad, escuchar a la gente, y evitar tanta crispación y prepotencia. Es tan fácil...