Son unas nulidades y como no saben gobernar ni quieren aprender, se dedican a marear a las pobres perdices, o sea a promulgar leyes ideológicas, sin ningún sentido y despegadas de la realidad balear.

Ya hace tiempo que buscan las cosquillas a las corridas de toros bravos. Les pararon el primer intento. Y para no aburrirse idearon solicitar un cambio de huso horario para el Archipiélago, distinto al general de España. En este caso, Baleares quiso mantener el horario veraniego. Por supuesto, Madrid les mandó a freír espárragos trigueros. Pero ya habían conseguido lo que querían: salir en la tele.

Pero tienen fijación con las misas y con los toros. A las misas -aparte de entrar jaleando y gritando en alguna iglesia mientras celebra el rito- las van dejando en paz.

No así a las reses bravas, un ritual sangriento de profunda raigambre mediterránea, pero que solo perdura en España, hasta tal punto de constituir un referente de la nación más antigua del planeta. Y esto les jode. Si los toros representan la singularidad hispana, para ir contra España, suprimamos los toros. Ya hicieron lo mismo en Cataluña, aunque no pueden hacerlo.

Esta es la clave: El Tribunal Constitucional dejó sentado que las comunidades autónomas no tienen competencias en este tema. También lo saben. Entonces ¿qué han hecho? Al no poder suprimir las corridas quieren imponer un protocolo que se carga totalmente la corrida. Torear 3 toros en vez de 6, no estoquearlos ni rejonearlos, devolverlos vivos al corral y hacer análisis de doping al toro... y al torero. Puro cachondeo como demuestra el bautizo de esta aberrante práctica como “toros a la balear”. Yo le llamaría la tarumaquia talayótica.
@MarianoPlanells