La Estación Náutica de Sant Antoni y Sant Josep, que agrupa a varios armadores y a un promotor de party boats, se opone a la prohibición de esta actividad porque «muchas empresas viven de este producto estrella». Según explicó su gerente, Judit Gargallo, no entienden que el Consell y los ayuntamientos se planteen prohibir estas fiestas porque «todo tiene un lugar siempre y cuando esté regulado y cause las mínimas molestias». «Esto es una alternativa para las empresas que realizan excursiones desde hace 40 años y que a día de hoy no tienen la demanda que tenían antes. Está muy solicitado y estas empresas tienen que seguir existiendo y teniendo empleados, sino acabaremos con las empresas náuticas de toda la vida de Eivissa», indicó Gargallo.

Desde la Estación Náutica están preparando un decálogo de buenas prácticas para causar las mínimas molestias con el fin de que lo cumplan armadores y promotores y que presentarán al Consell y al Govern. «Abogamos por el turismo náutico y las boat parties hoy en día son un producto», explicó la gerente, que indicó que en este decálogo incluyen la seguridad de la tripulación, la gestión de residuos para evitar que terminen en el mar y el control de la música cuando se acerque a la costa (de hecho prevén apagarla cuando estén a menos de 50 metros).