Los hijos de Luis y Cristina de paseo por Dalt Vila.

«Mediante el presente se le comunica su exclusión del procedimiento (de adjudicación de una vivienda de protección oficial en régimen de alquiler) [...] porque la composición de su unidad de convivencia supera la capacidad de las viviendas objeto del presente procedimiento».

Es la notificación que Luis Hormigo recibió del Ibavi este mes de agosto. Su familia se ha quedado fuera de la posibilidad de obtener una VPO. Como tantas otras familias en Ibiza la necesitaría. Pero la inscripción del quinto hijo en su unidad familiar le ha excluido del procedimiento. «Cuando fui a apuntar al quinto me contestaron desde la mesa: ‘No sé porque lo has apuntado porque no hacen viviendas tan grandes’. ¿Y yo qué hago? ¿Lo escondo?».

Desde la Conselleria balear de Vivienda y Territorio indicaron que «los edificios del IBAVI se proyectan teniendo en cuenta las necesidades mayoritarias y estandarizadas: 1, 2 y 3 habitaciones, con casas adaptadas a cada promoción. En casos así, que no son la norma general, se pueden mirar vías adecuadas al caso como la solicitud de las 2 viviendas». Sin embargo en este caso no se ofreció alternativa.

El día a día

Hormigo vive con su mujer y sus cinco hijos en una vivienda de tres habitaciones. «Dos y media» dice él. Pagan 850 euros. En la Ibiza de hoy se pueden considerar afortunados, pero sus hijos van creciendo y cada vez es más complicado distribuirse.

«Estamos atrapados», considera, «no podemos ahorrar porque somos muchos y tenemos muchos gastos, el banco exige un 20 por ciento para una hipoteca que para un piso puede ser un ahorro de 70.000 euros. No podemos acceder a un piso grande de 4 habitaciones porque no baja de 1400 y VPO grandes no hacen. Seguro que saldremos adelante, pero vemos que todo el mundo tiene facilidades y nosotros nos quedamos fuera».

Critica que ningún partido político se preocupe por esto cuando «es una realidad que existe» y en un contexto de descenso de la natalidad es positivo.

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En su misma situación están Sara y su familia.

«Llevamos apuntados desde 2010 en la lista de espera del Ibavi. Se me llegó a conceder una vivienda en 2013 por sorteo ante notario. Pero por error por parte de la administración me hicieron renunciar a esa vivienda porque me tocó una vivienda de dos habitaciones. En ese momento tenía dos hijos, pero estaba embarazada del tercero. Según los criterios de adjudicación éramos demasiados».

Fue una renuncia condicionada. Se le dijo que en dos semanas la llamaría la directora del Ibavi para buscar una alternativa. Esa llamada llegó, pero no con una solución sino con pegas. «Nos quedamos sin casa y sin solución».

Ese fue el primer capítulo. Desde ese momento dice haber cumplido a rajatabla la renovación en la lista, entregando todo el papeleo e informando de cada nueva incorporación a la familia. «Su respuesta cuando fui a inscribir al quinto hijo fue: ‘espero que tengas mucha suerte porque el Ibavi no edifica ni tiene viviendas para familias tan grandes. Pero si tan indignada estás llama a la directora y habla tú con ella’. Te hacen sentir como si estuvieras haciendo algo malo. Ellos se escudan en que no tienen viviendas grandes pero es que tampoco contemplan esta casuística a futuro».

Actualmente viven en un piso de tres habitaciones. Asegura que viven bien, «aunque para el Ibavi no sea concebible que siete personas se distribuyan en tres habitaciones».

Sin ayudas al alquiler en Vila

Otra cosa que lamentan ambas familias es encontrarse con trabas incluso a la hora de acceder a ayudas al alquiler cuando se les va casi un sueldo en pagar la mensualidad.
En este sentido apunta a la modificación efectuada por el Ayuntamiento de Vila en las ayudas al alquiler, que hasta el año pasado contemplaban un límite de renta que aumentaba con cada miembro, mientras que este año se ha establecido que para las familias numerosas especiales el límite máximo sea seis veces el IPREM (47.451,60 euros). Una cantidad muy justa para familias de siete miembros, dicen. Ambas quedaron excluidas.