Un hidroavión se dispone a descargar. | Marco Torres

Al caer la noche, los aviones y helicópteros dejan de trabajar, pero el fuego sigue avanzando. Anteanoche, lo combatieron, como pudieron, los bomberos del Consell d'Eivissa, el personal del Ibanat, de Medi Ambient y más de un centenar de soldados de la UME, pero las llamas eran imparables: llegaron hasta el mar. Bajaron la montaña hasta tocar el agua en es Port de ses Caletes. Allí, se abrió en campana, explicó el conseller balear de Medi Ambient, Albert Prats. Por el oeste llegó hasta Cala d'en Serra, y por el este amenazó Portinatx y sa Cala de Sant Vicent.
Los frentes abiertos son muchos y todos los medios disponibles están en la isla. El Gobierno ha puesto todo lo que tiene a disposición de Eivissa. El presidente en funciones, Francesc Antich, le pregunta al director de extinción, José Julio Argandoña: «¿Dime qué necesitas? La ministra Elena Salgado (vicepresidenta del Gobierno) me ha dicho que lo que haga falta, y luego vendrá la de Defensa [Carme Chacón]». «Otro hidroavión viene bien, cuantos más aéreos, mejor, y los del GRAF [Grupo de Actuaciones Forestales], de Cataluña que tienen mucha experiencia con el mechero», responde Argandoña. «Vale, nosotros estamos aquí para proporcionar los medios y marcharnos y dejaros trabajar», zanja Antich.
«Los del mechero», a los que se refiere Argandoña, son especialistas en abrir cortafuegos abriendo frentes de incendio en los lugares adecuados, teniendo en cuenta la dirección del viento y la orografía.

Muchos frentes
«Esta vez ya hemos empleado este sistema», explica Argandoña en el Puesto de Mando Avanzado (PMA), que se ha instalado en el cementerio nuevo de Sant Joan. Al mediodía el lugar está repleto de políticos, guardias civiles, soldados y oficiales de la Unidad Militar de Emergencias (UME), camiones del ejército, helicóptero de diversos tipos que sobrevuelan muy bajo. A esta hora aún es pronto para ofrecer datos sobre las hectáreas quemadas: se habla de un mínimo de 1.500 y un máximo de 3.000. Al cierre de esta edición se fijó la cifras en unas 1.500, pero son todo cifras provisionales.
Argandoña explica a Antich y al conseller balear de Medi Ambient, Gabriel Vicens, la situación sobre el mapa. La cartografía la ha impreso y traído hasta el lugar el conseller insular de Medi Ambient, Albert Prats.
«Hay muchos frentes, el viento es norte y lo más peligroso sería que cambiara de dirección hacia noreste», explica el experto.
A lo largo del día, el fuego ha ido avanzando, de forma que se han ido desalojando casas y un hotel en las zonas de mayor riesgo. Ya casi al anochecer, el fuego arrinconaba a la población de Sant Joan, por lo que se decidió mover el puesto de mando a la falda sur del valle de Morna, donde se ubicó en un principio. La posibilidad de evacuar el pueblo entero fue cobrando fuerza a partir de las ocho de la tarde.
Además de Antich, Vicens y Prats, a mediodía, en el puesto de mando, estaba el próximo presidente de Balears, José Ramón Bauzà; el presidente del Consell d'Eivissa, Xico Tarrés; la consellera d'Interior, Pilar Costa; la directora insular, Sofía Hernanz; el alcalde de Sant Joan, Antoni Marí Marí Carraca; el de Santa Eulària, Vicent Marí, así como numerosos concejales, otras personas públicas y técnicos.
En las labores de extinción ya están trabajando en tierra unos 300 soldados de la UME, además de unas cien personas más entre bomberos, personal del Ibanat y de Medi Ambient y voluntarios de protección civil.
Están operando también seis hidroaviones, dos helicópteros de la UME y dos autobombas, a las que está previsto que se sumen otras dos.

El jefe de bomberos recibe la baja médica
El jefe de los Bombers del Consell d'Eivissa, Miguel Sevilla, recibió anteayer por la noche la baja médica a consecuencia de los problemas que sufrió cuando dirigía las labores de extinción del incendio en la falda sur del valle de Morna. Sevilla fue conducido al hospital de Can Misses a raíz de su indisposición. Allí se le detectaron varios problemas de salud que aconsejaron que no continuara trabajando.