Foto de Linares distribuida entre las policías para su búsqueda.

Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que investigan la desaparición en Eivissa de Adolfo Linares, párroco de la localidad cántabra de Ampuero, han tomado declaración a las personas que han estado con él o estaban por donde ha estado, principalemente en la zona de es Soto, donde se encontró la moto que alquiló el religioso en la isla, informaron ayer fuentes conocedoras del caso. Desde la Comisaría de Eivissa señalaron ayer que no hay novedades de ningún tipo, es decir, no se sabe absolutamente nada acerca de su paradero. «La búsqueda continúa», dijo un portavoz policial.
La moto fue encontrada en la loma conocida como Calvari, en los acantilados de es Soto, el día 7. Tres días después saltó la alarma, porque el amigo del párroco que tenía que recogerlo en el aeropuerto de Bilbao alertó de que no había regresado de la isla. Este mismo amigo explicó a la policía que recibió varios correos electrónicos de Linares, el último de ellos el mismo día 7, y que en ellos no se advertía nada que hiciera presagiar lo ocurrido. De hecho, dijo que en los mensajes bromeaba y se advertía buen humor.
Al día siguiente de al denuncia, en el hotel en que se alojaba se encontró la documentación. Ayer, a dos semanas de la desaparición, la policía pasó a clasificar el caso de Linares como una «desaparición inquietante» y, de esta forma, ya ha quedado prácticamenet descartada la posibilidad de una fuga voluntaria.
En Ampuero la desaparición del párroco ha causado gran conmoción entre los feligreses, que se llevaron una sorpersa cuando se enteraron que Linares estaba de vacaciones en Eivissa y de que había alquilado una motocicleta.