Tengo la impresión de que el acuerdo al que han llegado Pedro Sánchez y Albert Rivera es positivo para la ciudadanía en general, que intenta cambiar políticas de vía estrecha, anquilosadas y que tratan recuperar el centro. Un pacto que ni PP ni Podemos ni izquierda radical ni independentistas aceptan el documento presentado en el Congreso, y que parece un encaje de bolillos. Entiendo que la derecha, el PP, se siente despechada, pero lo mismo le pasa a los populistas de Podemos. Veremos cómo se las apañan el PSOE y C’s para conseguir formar gobierno, pero desde mi columna les deseo suerte. Aquí y ahora el PP ha de hacer un larga cura de humildad y reconocer la corrupción que ha dejado tocados a muchos de sus miembros, Han de pasar por el Purgatorio político. Y lo mismo ha de hacer el PSOE con muchos de sus militantes, que también ha sufrido los embates de la corrupción en muchas comunidades autónomas. Por ahora, el partido de Albert Rivera está libre de corruptelas, y que dure. Dicho sea de paso, me gustó que Pedro Sánchez manifestara su conformidad en estudias los 23 puntos que Artur Mas reivindicó ante Mariano Rajoy, documento que duerme el sueño de los justos en algún cajón gubernamental.

Sin embargo, el acuerdo alcanzado entre Sánchez y Rivera deja tocada a la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, que se había decantado de manera clara por un pacto entre PSOE y Podemos. Así que vamos a esperar acontecimientos y ver qué pasa, si es que pasa algo, en el Govern. Y lo mimo digo para el Consell Insular de Eivissa, en el que Podemos tiene mucho que decir en la política local. Vivir para ver. Personalmente, repito, espero y deseo que PSOE y C’s puedan llegar a gobernar.

Buenas noticias nos llegan de Palma, y me refiero a que hay mucha luz verde para el Palacio de Congresos de la capital balear. Sin duda, se lo merece por muchos motivos, entre ellos el factor económico. Y es que puede dar mucha vida a lo largo de todo el año. Así las cosas, en plan egoísta, aprovecho para pedir a nuestro Consell, al Govern balear y a Podemos, que todavía manda mucho, que den los pasos necesarios para finalizar las obras del Palacio de Congresos de Santa Eulària, que nos ayudaría a desestacionalizar la temporada turística. Al mismo tiempo, nos hemos de felicitar por la decisión de terminar de una vez por todas el Parador de Turismo de Dalt Vila. Una noticia inmejorable, que se suma a la decisión de mejorar al ciento por ciento el baluarte de Sant Jordi.

Y por pedir que no quede: ruego a la clase política que tiene poder para hacerlo que estudie con cariño la posibilidad de que un pequeño autobús, furgoneta o lo qué sea pueda llegar hasta la plaza de la Catedral. Soluciones técnicas las hay, lo único que falta es que alguien las ponga en marcha.