Parece ser que Marina de Botafoc puede cambiar de aspecto con una reforma que reduce considerablemente los amarres, pasando de 427 a 245 para así permitir el atraque de embarcaciones de hasta 40 metros de eslora. La inversión sería de unos 15 millones de euros y pretende ganar terreno del actual espejo de aguas y también de tierra para albergar un edificio mirador y habilitar una explanada de casi 5.000 metros cuadrados para la explotación de un ‘beach club’. Habrá que ver si la Autoridad Portuaria de Baleares da su conformidad a los cambios, pero me asusta que se pueda instalar un centro musical atronador en la bahía de Eivissa. Y es que sin decibelios alocados y produciendo contaminación acústica un ‘beach club’ no es nada y, además, en Marina de Botafoc no hay playa. ¡Vaya futuro que nos espera! Sin embargo, he realizado gestiones para intentar saber si el Ayuntamiento de Eivissa, que es la única institución que puede dar la licencia de actividad, y parece ser que no les dará permiso. Si así es, que se vayan con la música a otra parte y que nos dejen en paz. Amén.

Beber en la calle

Sant Antoni tiene problemas con el consumo de alcohol en la calle, no saben cómo solucionarlo, y no me extraña puesto que el tema se viene arrastrando desde hace más de 40 años. Parece que las bodegas no podrán vender alcohol después de la medianoche, una buena medida, que puede aliviar un poco la situación. A mi entender, el hecho de que no se puedan consumir bebidas alcohólicas en las calles es muy difícil de impedir puesto que los establecimientos ubicados en la zona del West End son pequeños, tiene poco aforo, y los clientes, por fuerza, han de consumir en plena calle. Otra cosa sería que hubiera terrazas, pero también parece imposible por la calidad de los visitantes y no veo que pueda cambiar el ‘statu quo’. En pocas palabras, el Ayuntamiento lo tiene muy difícil de solucionar.

Ladrones

La Policía Nacional ha detenido dos delincuentes que habían reventado máquinas expendedoras en el hospital Can Misses y conseguido un botín de unos 5.000 euros, y considera la Policía que se trata de delincuentes expertos y activos que tienen un currículo delictivo con más de 95 antecedentes. Mi pregunta es por qué no se introducen cambios efectivos en el Código Penal para que los ladrones habituales no puedan estar libres y campando a sus anchas en la calle. La verdad es que no sé cómo lo solucionan en los países de nuestro entorno, pero no creo que sean tan permisivos como aquí.