La Obra Cultural Balear de Formentera entregó este domingo el Premio Pep Simón al cantador formenterer, Pep Xinxó, que está a punto de cumplir 92 años. La semana pasada tuve la oportunidad de entrevistarle y, una vez más, me impresionó la fuerza de la humildad. Xinxó ha recibido un reconocimiento a toda una vida dedicado a un arte que heredó de su padre, convirtiéndose en uno de los mejores cantadors pagesos de Formentera. Sin embargo, en todo momento me insistió en que él no era «un gran cantador; ésta ha sido mi afición durante muchos años, pero no entiendo muy bien lo de darme un premio».

No se confundan, eso no quiere decir que no le haga ilusión. Le hace, y mucha, pero de nuevo vuelve la sencillez: «Estoy muy contento porque a mi familia les hace mucha ilusión este premio», me explicaba. Esa modestia es muy habitual en el carácter del formenterense de pura cepa, muy de restar importancia a las cosas que uno hace. Pues no es el caso, no se debe restar importancia al hecho de haber contribuido a mantener una tradición muy arraigada a la cultura popular de la isla.

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El propio Xinxó me reconoció que el cant pagès «se está perdiendo. A los jóvenes esto les parece cosas de viejo». Quiero confiar en que no acabe siendo así y que el trabajo que hace Xumeu de na Pepa como profesor de música tradicional en la escuela de música de Formentera acabe dando sus frutos.

Es curioso ver como en el ball pagès el relevo está asegurado con muchos jóvenes que están aplicadísimos en mantener esta tradición autóctona y de una belleza extraordinaria. Sería una verdadera lástima que algo tan arraigado durante siglos a los ancestros de la isla acabe siendo engullido por la globalización de la cultura. Se deben buscar las motivaciones para que los más jóvenes canten redoblat. Enhorabona Pep Xinxó!