Felipe, tú no me engañas, te hubiera gustado ser un nini pero te prepararon.

Ahora llegas como símbolo de unidad en un país roto y de pie ante los artífices del desastre, consumas el golpe de Estado vestido de militar. Así no. Tú no puedes, en tiempos de desahucios, dormir en la Zarzuela y querer ser el rey de todos los españoles. No puedes sin pudor ninguno, presentarte ante un pueblo en ruinas cuando nadie te ha invitado al entierro.

700 personas allí, una representación de los habitantes de tu país, supongo que además de curas y Bisbal, había parados, pensionistas, médicos, barrenderos, maestros…en fin, gente normal.

Más de un millón de personas patearon la calle Princesa el 22 de Marzo pidiendo Dignidad, esa misma calle por la que pasaste solamente tú y tu familia con un Rolls Royce y dos docenas de escoltas defendiendo la monarquía constitucional.

Heredas legitimado por un consenso de 1978 en el que ni participaste. Entonces no puedes ser rey de los españoles de este siglo. Te respalda un Congreso lleno de sumarios abiertos, mayoría absoluta de parlanchines incompetentes peloteando al que va a dar la cara por ellos en el próximo discurso de Navidad. Y fuera, frente a los leones, 70.000 euros en banderitas, mucho francotirador y poco pueblo.

A los que nos llevamos los palos en las calles no nos engañas, tú no sabes que es esperar la llamada de un trabajo, ni estar sin un puto duro y mucha hambre. Felipe, tú del pueblo no sabes nada asique no eres, aunque la idea te resulte atractiva, el rey de todos los españoles.

Felipe, ¿tú sabes que es un idiota? Un idiota es el que cree que todos son idiotas, menos él.